Junto a la Pascua de Jesús, y también del Papa Francisco, uniendo fe y lucha en nuestras barriadas de Matanza, Quilmes, Avellaneda, Moreno, San Fernando y La Costa. El legado continúa; la misión clara en el presente y el horizonte revolucionario del Pueblo hacia su Liberación.
COMULGANDO CON CRISTO CRUCIFICADO
(fragmentos de la reflexión de José Enrique Galarreta SJ
Lc 22, 14 - 23, 56)
"(...)
LA LECTURA DE LA PASIÓN
(...)
Esta lectura, y la que haremos el Viernes Santo, invita a todos los que celebramos hoy la eucaristía a dar un especial sentido a la comunión. Demasiadas veces entendemos el verbo comulgar simplemente como transitivo, y el complemento directo de su acción es el Cuerpo de Cristo. Hay que recuperar el sentido de "comulgar con". Comulgamos con Cristo; y hoy, más expresamente, con Cristo crucificado, lo que debemos entender ante todo así:
CREEMOS EN UN CRUCIFICADO:
Primer mensaje de la comunidad de seguidores de Jesús. Primer terrible escollo para su propia fe y para la predicación: hay que creer en ése a quien rechazó oficialmente la religión y los poderes fácticos de Israel. Creemos en un marginal que fue rechazado por las autoridades, por la religión... por casi todos. Primer cimiento insustituible de nuestra fe: "Dios estaba con Él".
COMULGAMOS CON EL CRUCIFICADO
Si "Dios estaba con él, sus valores, sus criterios, su Dios, son fiables, merecen asentimiento. Por eso comulgamos con él, porque reconocemos en él un acceso a Dios.
Comulgamos con sus criterios, con sus valores, con su sentido de la vida, con su entrega total, que se expresa al final de modo tan trágico y explícito, pero que ha sido la norma y sentido de toda su vida. Éste es el sentido profundo del "sacrificio de Cristo", la entrega de su vida entera a la misión confiada por el Padre, por encima de otras interpretaciones más veterotestamentarias, juridicistas o vicarias.
Comulgamos, como él, con los crucificados del mundo. Ninguna comunión personal, individual, con Cristo crucificado es sana si excluye la comunión con los que sufren.
Sería importante que la lectura de la Pasión en el contexto de la Eucaristía lleve a los fieles, más allá del sentimiento, hacia la
conversión: en su modo de vivir y en su compromiso con otros."
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"(...) Nos recuerda el Papa Francisco en Evagelii Gaudium: Jesús nos quiere tomar como instrumentos para llegar cada vez más cerca de su pueblo amado. Nos toma de en medio del pueblo y nos envía al pueblo, de tal modo que nuestra identidad no se entiende sin esta pertenencia.” (…) Estamos llamados, sobre todo en este tiempo, a ser custodios de la esperanza , de la niña frágil esperanza (C. Péguy) que, como rescoldo en el alma, necesita ser cuidada, alimentada para que ilumine y dé calor de hogar a nuestro ministerio y mantenga encendida la luz de la comunidad y de nuestra sociedad. (…)
El diálogo, la escucha atenta, la participación sinodal, la fraternidad que podemos experimentar en el seno de nuestras comunidades, son signos de esperanza para una sociedad individualista, polarizada, violenta, que aplaude muchas veces los autoritarismos y los modos violentos de comunicarnos. La opción preferencial por los más pobres, en medio de una sociedad consumista que descarta, olvida y excluye, también es un signo muy contundente de esperanza. El testimonio de perdón, reconciliación y misericordia vividos en nuestras comunidades son signos fuertes de esperanza, que ayudan a creer que otro mundo es posible, haciendo nuestro aporte original en pos de una cultura del cuidado y del encuentro. (…) Nuestro amor ardiente por Jesucristo, expresado en el audaz anuncio de “la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado”(EG 36), es un signo de esperanza para aquellos que no encuentran sentido en sus vidas, como un ancla segura que da firmeza a nuestra vida, y la encamina hacia un puerto seguro. (…)
(…) En un campo arrasado vuelve a aparecer la vida, tozuda e invencible. (…)Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a través de las tormentas de la historia. (…) La resurrección de Cristo provoca por todas partes gérmenes de ese mundo nuevo; y aunque se las corte, vuelven a surgir, porque la resurrección del Señor ya ha penetrado la trama oculta de esta historia, porque Jesús no ha resucitado en vano. ¡No nos quedemos al margen de esa marcha de la esperanza viva! (EG 278)”
- Fragmentos de la Homilía de nuestro obispo de la Diócesis de Chascomús, Mons Juan Iganico Liébana, en la Misa Crismal del martes 15 de abril 2025 -
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