lunes, 19 de diciembre de 2011

20 DE DICIEMBRE - MARCHAMOS

MARCHAMOS EN EL FRENTE DE RESISTENCIA NACIONAL EN MEMORIA A LOS CAIDOS EN LAS PUEBLADAS DEL 19 Y 20 DE DICIEMBRE DE 2001, BAJO LOS LINEAMIENTOS DEL MANDAT0 DE NUESTRO IV PLENARIO NACIONAL:

IV PLENARIO

RESITIR EL CAPITALISMO, LA HEGEMONÍA IMPERIALISTA Y LA DOMINACION INTERNA - AVANZAR EN ORGANIZACIÓN POLITICA

Remitiéndonos a nuestros documentos fundacionales y diferentes materiales (“Análisis y Propuestas”, III Plenario, etc), ratificamos que el objeto principal de nuestra lucha y de nuestra Organización es enfrentar a la Oligarquía y al Imperialismo construyendo todo lo necesario para intentar que, desde el Poder, podamos reemplazar un sistema de dominación, entrega y decadencia como es el capitalismo, por otro de soberanía, progreso y dignidad para nuestro Pueblo como es el Socialismo.-

Reiterados y ratificados los objetivos, entendemos que se impone analizar la situación en el actual período y definir la línea principal de acción en función de éstos.-

I- LA CRISIS DEL CAPITALISMO Y EL IMPERIALISMO

La crisis del Capitalismo no ha implicado el retroceso del Imperialismo, en absoluto, cuanto más crisis afecta al peor sistema de explotación de todos los tiempos, más agresivo se torna el peor enemigo de la Humanidad, puesto que la afectación o la crisis de sus intereses implica mayor esfuerzo en la dominación y así comprobamos en los últimos dos o tres años que las guerras de ocupación o preventivas por parte del Imperialismo Yanki, sus aliados y sus exponentes en diversas variantes (como el sionismo por ejemplo) no han tenido límites ni en la voracidad ni en la crueldad desplegadas.-

América Latina no es una excepción al respecto. La estrategia principal fijada por el Imperialismo es la consolidación de la hegemonía internacional y la continuidad de la dominación interna a través de los gobiernos, el control económico-financiero y sobre todo, la posibilidad real y concreta de utilizar los recursos naturales y generar ganancias a partir de los mismos.-

Mientras las riquezas fluyan, mientras los principales recursos le sean abastecidos y mientras sus intereses económicos no sean afectados, al Imperialismo (y a muchas de las oligarquías regionales) no les importa de qué color sean los gobiernos que garanticen la implementación de estas cuestiones.-

Así pues no ha sido casual que la estrategia desplegada por el Imperialismo en nuestro Continente haya sido, en general, muy similar en todos los países que lo componemos.-

Cuando el auge de las luchas populares atravesaba toda nuestra América en las décadas del sesenta y setenta, la respuesta fueron los golpes militares sangrientos, y la política de tierra arrasada hasta eliminar el último vestigio de intento de construcción de alternativas al Capitalismo y de enfrentamiento a los intereses del Imperialismo.-

El encorsetamiento de la voluntad popular, maniatada por la mentira progresista y luego traicionada por las promesas que nunca llegan y las miserias que nos dejaron con tanta entrega y saqueo, junto con el retroceso de las luchas populares, ha permitido que el neoliberalismo cale en lo más profundo del tejido social de nuestros pueblos. Como reguero de pólvora recorrió todo los territorios sin dejar nada por ocupar, ocasionando ingentes y desmesuradas ganancias al Imperialismo, quizás más que las mismas dictaduras, produciendo secuelas irrecuperables en relación al saqueo de recursos naturales, entrega de bienes de los Estados, desocupación, hambrunas, etc.-

Luego de tanta resistencia por parte de nuestros pueblos al neoliberalismo vino más “progresismo”, que en muchos lugares como la Argentina, garantizaron lo principal: no tocar ni afectar el sistema capitalista de explotación, contener a la clase trabajadora dentro del “modelo” extractivo pero restringiendo al máximo sus conquistas y derechos, y sobre todo mantener la entrega de los bienes del Estado y recursos naturales con el mismo status quo que durante los gobiernos neo-liberales. Ejemplo de ello, entre tantos, son la extracción minera o la marcada tendencia al monocultivo de commodities, exacerbando la especulación financiera que juega a la timba con el alimento del mundo.-

Los proyectos de gobiernos basados en la extracción de recursos y exportación de materias primas, como el caso de la Argentina y algunos otros países de la región, se pudieron mantener porque otorgan a esos gobiernos sumas ilimitadas de dinero, que les permiten, siguiendo modelos neo-desarrollistas, mantener subsidiado el consumo de las clases medias y sostener la estructura de planes sociales y subsidios para contener ejércitos de precarizados, desocupados y marginados; todo lo cual les da un control absoluto sobre la política y una hegemonía indispensable en el plano electoral y parlamentario.-

En el caso de Argentina, ya no quedan dudas de los objetivos finales del Gobierno: mantener un capitalismo prolijo y consumista al precio que fuere, limitaciones a cualquier atisbo de reivindicaciones de la clase trabajadora que puedan implicar “descontrol”, judicialización de las protestas y represión a lo que aparezca como lucha, enfrentamiento o resistencia al modelo implementado.-

Lo que no se coopta o disciplina debe desaparecer de todas las instancias y realidades posibles, tanto en el plano político, como sindical, social, etc.-

Estas medidas para supervivencia de la burocracia política local, son exigidas y alentadas desde el poder central imperialista. Más aún en un momento de crisis financiera del sistema, donde el Imperio ajusta en sus colonias para poder sostener su nivel de vida, volviéndose más exigente en su despliegue y control territorial mundial.

Las ideas dominantes en cualquier sociedad capitalista son las ideas de la clase dominante. Por tal motivo seguimos buscando distintas recetas para los ciclos del sistema dentro de las mismas y reiteradas recetas, entre liberales y neo-desarrollistas. La política económica de Europa y América se mueve en un ida y vuelta de frustraciones populares y grandes ganancias de las multinacionales. Terminar con estas recetas imperialistas es deber de toda y todo revolucionario, por tal motivo se nos presenta la tarea irrenunciable de resistencia a las mismas y la militancia de la única propuesta para nosotros frente a la “crisis” del Capital, que es el Socialismo. Cada vez más se hace visible dicho camino mientras EEUU y el viejo Continente nos presentan la oportunidad de ver descarnadamente como se hunden en sus propios discursos. Se ve más claro desde la crisis mundial desencadenada en 2008 en Estados Unidos, y profundizada en Europa con el crack de 2011: pánico en las bolsas, crisis del euro, posibilidad de ruptura de la Unión Europea, etc.-

Los estados de ambos lados del Atlántico invirtieron enormes sumas de dinero en el otoño de 2008 para salvar al sector bancario y financiero, con el objeto de ofrecer una apariencia de recuperación económica. Esto se tradujo en un enorme aumento en la deuda pública de EE UU (del 62 % del PBI en 2007 al 101 % en 2011). En 2008 los mercados financieros (en realidad los ricos que dominan la banca) exigieron que los Estados (en realidad sus pueblos) salvasen a los bancos. Hoy exigen que las deudas contraídas por los Estados con esos mercados financieros sean pagadas –como lo dijera nuestro Presidente Nicolás Avellaneda a fines del siglo XIX - sobre el hambre y el sudor de los pueblos.

Se ha logrado la salvación de los bancos más importantes, tratando de evitar la quiebra del sistema. Pero nada se hizo para salvar a las víctimas de la crisis: millones de estadounidenses fueron arrojados a la calle como consecuencia de que no podían pagar sus hipotecas; miles y miles de trabajadores son despedidos como consecuencia de la crisis.

Las medidas adoptadas en Europa por la troika compuesta por el Banco Central Europeo, el Banco Mundial y el FMI consisten en imponer a los pueblos una receta bien conocida por los argentinos, ya que nos fue aplicada en los 90 y concluyó con la rebelión del 19 y 20 de Diciembre de 2001: privatización de los servicios públicos, elevación de la edad para acceder al beneficio jubilatorio, cercenamiento de los derechos colectivos e individuales de los trabajadores, recortes a salarios, jubilaciones y pensiones.

Pero estas medidas deben ser garantizadas por los partidos mayoritarios (socialdemócratas y conservadores). Por eso, tanto en Grecia como en Italia, la Unión Europea les impone gobiernos dirigidos por tecnócratas fieles a los intereses de la banca internacional.

La democracia representativa –cuando se convierte en un obstáculo para las clases dominantes–, es borrada de un plumazo. Bien lo sabemos los argentinos y todos los latinoamericanos (Allende en Chile, Zelaya en Honduras, el intento de golpe contra Chávez en Venezuela y los más recientes golpes frustrados contra Morales y Correa).

En Grecia e Italia, decíamos, han impuesto jefes de gobierno no votados por el pueblo con el fin de asegurarse que no se moverán un ápice del plan diseñado por la banca para cobrar sus préstamos.

En España, los socialdemócratas del PSOE con Rodríguez Zapatero venían aplicando prolijamente las recetas neoliberales; la victoria de Rajoy y los neofranquistas del PP sólo garantizará que el paquete de medidas de austeridad y anti-inflacionarias se aplique con mayor intensidad y hasta las últimas consecuencias. Los resultados están a la vista: la desocupación crece al 27 % y entre los jóvenes supera el 50 %.

Alemania y Francia –junto a los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo– son los beneficiarios del modelo europeo de la Zona Euro, en perjuicio de los países del sur de Europa, y son quienes imponen a los pueblos los planes económicos que hagan posible el pago de la deuda con los bancos, lo que se traduce en recortes del gasto público social, de los salarios y pensiones, y en mayor desempleo.

II- AMÉRICA Y LA NECESIDAD DE LA RESISTENCIA REGIONAL:

El proyecto emancipatorio de la PATRIA GRANDE LATINOAMERICANA LIBERADA, para ser una realidad, precisa del protagonismo de los pueblos. La verdadera integración no puede estar basada en sumarse a los mercados, como demuestra la experiencia europea. Esa es la integración de las burguesías subordinadas al imperialismo y al poder financiero internacional. Es la que también ejemplifica el propio Mercosur, que ha consolidado no sólo la creciente hegemonía y el despegue como potencia subimperialista emergente de Brasil, la subordinación y la fijación en el rol de productores de materias primas de las restantes economías de la región (con algunos focalizados enclaves industriales acoplados a la industria brasileña) sino que además ha implicado la desestructuración interna de los países miembros (como en nuestro caso donde se profundizó la “inviabilidad” económica de algunas regiones o el despoblamiento o en el paraguayo, donde la producción capitalista de soja para los mercados implicó el desplazamiento y la miseria del campesinado).

Por lo tanto, como cualquier otro proceso histórico, el de la Unidad Latinoamericana tendrá el signo que la lucha de los pueblos de la región le estampen: será una herramienta de liberación o será una herramienta de desarrollo del capitalismo, lo que para los pueblos sólo implica explotación, exclusión y despojo de las riquezas.

En ese sentido, la integración política, social, cultural y económica de nuestros pueblos requiere el desarrollo de instrumentos soberanos para el uso de las materias primas y recursos naturales, que sólo se consolidarán con el fin del dominio económico y político del imperialismo norteamericano sobre nuestra región y con gobiernos que expresen los intereses y las justas aspiraciones populares.

Los países de la CELAC representan un Producto Bruto Interno de 6,3 billones de dólares, la principal reserva petrolera del mundo (338.000 millones de barriles de petróleo), el tercer lugar en la producción de energía eléctrica y la principal economía productora de alimentos. Pero resulta obvio que todo ese potencial no significa una mejora de las condiciones de vida de las mayorías ni siquiera un desarrollo autónomo, estructurado y autónomo de las naciones que lo integran. Incluso experiencias como las de Venezuela o la propia Cuba están encorsetadas por lo que significa la dominación imperialista sobre la región.

Para enfrentar la crisis del capitalismo, es necesario que Argentina y América Latina en su conjunto den pasos decididos hacia el control de sus recursos naturales: la tierra, el agua, el petróleo, la energía. Ello supone la nacionalización de dichos recursos, porque –de lo contrario- los instrumentos regionales creados serán impotentes para enfrentar la ofensiva del capital financiero en la búsqueda de nuevas posibilidades de expansión. Pero de poco servirán estas medidas si esta crisis desemboca en la consolidación de Brasil como subimperialismo capitalista y en Argentina el poder continúa en manos de una oligarquía con intereses cada vez más entrelazados con los de la oligarquía brasileña y dependiente de la misma.

El imperialismo, en su decadencia, revela con mayor crudeza su agresividad y salvajismo, como lo demuestran Afganistán, Irak, Libia (donde –después de bombardeos contra la población civil, han instaurando un gobierno títere, tomando el control del petróleo y el agua). Tanto los yanquis como los franceses, alemanes e ingleses han vuelto a la vieja política colonial del siglo XIX, con la que abrieron a cañonazos las puertas de China y la India, y también pretendieron anexar a nuestro país. Hoy nos hallamos al borde de una agresión militar a Siria e Irán, siempre con el mismo pretexto: imponer la “democracia”; al mismo tiempo que con un cordón de bases militares nucleares diseminadas en Australia, Indonesia, Singapur y otros países, rodean y amenazan a China, la potencia asiática y segunda economía del mundo, que en poco tiempo sobrepasará a EE.UU.

En nuestra constante solidaridad internacional con las organizaciones revolucionarias de la región, debemos unificar información, formación y esfuerzos por resistir el embate foráneo, y avanzar en la intervención en estos instrumentos de integración para que nuestra política sea desplegada en cada uno de ello. Exigiendo con nuestro accionar el camino hacia la Liberación del yugo imperial, y la promoción regional de las propuestas socialistas para nuestras economías y el desarrollo socio-cultural de nuestros pueblos.

III- LA COYUNTURA NACIONAL

Es difícil saber en qué medida la crisis financiera internacional va a afectar a la Argentina. Lo seguro es que el capitalismo en general y el gobierno argentino en particular, se pertrechan para la eventualidad.

El panorama que enfrenta la política económica del gobierno (“el modelo”) hace presumir un escenario donde:

–Se dé una caída de los precios de los commodities por falta de capitales que especulen en las bolsas a futuro.

–Es posible que los clientes más importantes (Brasil, China) reduzca sus compras en Argentina, porque vean limitado su stock de divisas, porque no consiguen créditos en el mercado internacional, porque sus propios clientes no les compran, porque decidan no liquidar sus reservas y/o porque prefieran ajustar un poco los gastos.

–Los capitalistas argentinos (o que radican empresas en Argentina, ocupando mano de obra local y abasteciendo al mercado local) recurrirán al Estado para que este provea financiamiento para capear la crisis sin tener que echar (demasiados) trabajadores, incluso para no tener que cerrar, ante el doble apriete de las deudas que no se pueden refinanciar y los stocks que no se pueden vender.

–El gobierno que tendrá elecciones ajustará, ajustará todo lo que pueda. Eliminará subsidios lo más rápidamente posible; cada vez más sectores se la tendrán que rebuscar por su cuenta. Reducirá en términos reales los sueldos de los empleados públicos y de la Seguridad Social. Hará lo posible para, sino detener, por lo menos hacer más lenta la fuga de capitales, aumentando la presión sobre el mercado bancario, por ejemplo.

– Como sus ingresos fiscales se verán reducidos, el gobierno probablemente recurrirá a los mercados internacionales de capitales, en una nueva etapa del eterno yugo de la deuda externa. Pero para ello deberá acomodar los tantos, en primer lugar subordinándose a las exigencias del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional –organismo inter gubernamental creado por el G7 “para combatir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo”, al que Argentina ingresó como miembro pleno en el 2000–) y después siguiendo los consejos de Obama, es decir, pagando o reconociendo y arreglando con los deudores que en su momento quedaron afuera de la reestructuración de la deuda.

Ante este panorama seguramente se expandirá la resistencia popular y con ella, la represión estatal.

El Gobierno Argentino presentó en octubre y ahora en las sesiones extraordinarias del Congreso de la Nación, un proyecto de ley pergeñado por el GAFI para reformar el Código Penal de manera tal de agravar cualquier delito del mismo que pudiera ser encuadrado en una difusa y confusa definición de terrorismo que plantea que su ejecución tuviera la finalidad de “obligar a las autoridades o gobiernos extranjeros o agentes de una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo”. Está claro que la ley permite que, para el caso de que un juez entienda que, en un determinado contexto, se quiso obligar a un funcionario a hacer algo y se incurrió, por ejemplo, en resistencia a la autoridad y daños, las penas mínimas y máximas de esos delitos se duplican y la excarcelación del acusado se vuelve muy problemática. Actualmente hay aproximadamente 6000 procesados por ejercer la protesta social, método que ha sido el preferido de este gobierno, que además ha sido el que más presos políticos tuvo desde 1984 a la fecha y que ya cuenta con decenas de muertos en represiones callejeras indiscriminadas y selectivas. Esta nueva ley, dictada por un organismo internacional, en violación abierta de nuestra soberanía, no hace más que agravar ese panorama. Hay que organizar, entonces, también las tareas antirrepresivas de la Resistencia, porque la ofensiva del imperialismo y la oligarquía también incluye la represión a todo aquel que le haga frente.

IV-LA RESISTENCIA NACIONAL Y LA ORGANIZACIÓN POLITICA

Para hacer posible la necesaria integración regional, dirigida a conquistar la real y efectiva independencia de nuestros pueblos, es indispensable ir conquistando Poder en nuestra Patria.

En esta nueva etapa de virulento intento imperialista de control económico frente a su crisis, se hace necesaria la Resistencia como metodología de acumulación de fuerzas, y la Organización política como objetivo principal de nuestra clase trabajadora. Si hay algo caro a la Historia Argentina ha sido la inconmensurable capacidad de nuestro pueblo para resistir.

La Resistencia fue la principal estrategia de los sectores nacionales y populares durante más de quinientos años, y de ello hemos dado frondosa cuenta en nuestros documentos fundacionales en que nos reflejamos.

Sin embargo, así como supimos resistir, en muy pocas y contadas oportunidades, en esa misma Historia supimos o pudimos dar los pasos necesarios para pasar de resistir a avanzar, y de ahí a desplazar definitivamente y por completo a los enemigos de nuestra Nación, e implementar otro tipo de estructura productiva y distributiva, y un sistema de Independencia y Soberanía.- Las escasas veces que hubo avances y esbozos de esto, como fue el caso del primer gobierno peronista, no lo fueron solamente por la lucha organizada y estructurada de nuestro Pueblo, sino también por otros factores que ya hubimos de analizar.- En todo caso el valor inconmesurable de la Resistencia en ese período lo fue con posteridad a la caída del Peronismo.-

La falta de organización política de las y los trabajadores, con o sin empleo, produjo avances del Imperialismo que llevó todo a la derrota, y nuevamente volver a empezar.-

Hoy, entonces, estamos en esa situación, en la de resistir por los medios que se pueda a semejante despliegue y avance de los intereses contrarios a los sectores que históricamente luchamos por una Patria Socialista.-

Es imposible determinar cuánto tiempo podemos estar transitando esta situación de resistencia, o cuánto tiempo nos demandará reorganizarnos con la suficiente fuerza como para romper con la inercia y el conformismo, pero no podemos menos que prepararnos para ello.-

Sin embargo, y si somos rigurosos con la Historia que nos precedió y con los que resistieron antes que nosotros, bien podemos sacar importantes conclusiones que pueden servirnos para AVANZAR RESISTIENDO.-

Una es que, cuando se trata de períodos prolongados –como parece ser el que atravesaremos– la Resistencia se transforma para los frentes de masas en un proyecto político. Proyecto que no siempre se implementa de manera pareja o similar, suele ser distinta y con resultados e intensidades disímiles en diferentes sectores de trabajo, localidades y organizaciones.-

El proyecto principal para Convocatoria es AVANZAR RESISTIENDO; el escudo y la lanza, la lucha y la organización política.-

Con el mismo análisis, la Resistencia es una metodología organizativa, que va haciendo visible la identidad política que la motoriza; que puede desarrollarse hasta el infinito y donde los compañeros y compañeras se reconocen muchas veces no sólo por la pertenencia a una misma organización sino a un mismo proyecto general.-

Si algo hemos aprendido del Peronismo es justamente eso: el valor movilizador de la identidad política en las etapas de resistencia. Así fue el capitulo en la historia que se gana la clase trabajadora argentina en la resistencia, tanto haya sido su identidad política anarquista, socialista, comunista o peronista según la etapa; reconociendo sus luchas en las peores y durísimas condiciones en relación a las patronales, las oligarquías y las burocracias sindicales y políticas de todas las épocas.-

Planteadas así las cosas, entendemos que CONVOCATORIA debe ratificar el concepto de AVANZAR RESISTIENDO como línea principal de su accionar, como proyecto político-organizativo, y desplegar distintos métodos de lucha en los frentes de masas para que en ellos se asuma la Resistencia como identidad política para alcanzar la unidad de acción que le impida al poder hegemónico consolidar su poder absoluto.

La Resistencia es una combinación de acciones dirigidas a un único objetivo final, pero producida de acuerdo a cada realidad donde se implementa.-

El objetivo, en nuestro caso, es avanzar en el saldo político-organizativo a partir de la resistencia que en los distintos frentes de trabajo hará lo más difícil posible, la consolidación de un proyecto de dominación capitalista que sirva a los fines estratégicos del Imperialismo. Aportar todo lo que se pueda, más allá de las condiciones “materiales”, a su puesta en crisis. Se hace necesario rechazar los anuncios mediáticos de grandes cambios, aunque se disfracen con ropaje “progre” y sentencie a perpetua a cientos de viejos carcamanes represores que de todas formas van muriendo de muerte natural; mientras empresarios, grandes capitales, personalidades eclesiásticas, políticas y sindicales siguen paseándose en los pasillos ministeriales cómodamente. Así como también la denuncia de esa oposición, gorila, oligarca y/o socialdemócrata, depende el caso, que nunca pone el cuerpo en las luchas y disputas concretas con los grandes poderes, y luego aparece en la arena de los acuerdismos presentándose como opciones al mismo sistema para que el caos no alcance a las elites económico-sociales de siempre.

La Resistencia no puede ser acciones de lucha desorganizadas. El aporte que CONVOCATORIA puede hacer a la Resistencia Nacional, es a partir de más y mejor organización, de más formación y más compañeras y compañeros que se incorporen a militar en nuestra Agrupación para alcanzar la Liberación Nacional y Social.-

No basta con tirar el tema de la Resistencia. Todo lo que resiste no garantiza posteriores avances. Entender lo contrario sería un gravísimo error, implicaría que no aprendimos nada de la Historia y sobre todo del Peronismo.-

Diluirnos en la Resistencia que debemos impulsar en todos los frentes de trabajo, nos garantizará un fracaso seguro a la hora de desmenuzar quién es quién en un proceso de lucha, y volveremos a un llano del que no alcanzamos a salir durante décadas. Justamente porque carecemos de la suficiente organización y fortaleza, es lo que hace y ha hecho posible que a la hora de avances y cambios de etapa, los que terminen conduciendo sean los sectores que terminan negociando o integrándose a los proyectos de dominación y de entrega.-

Hechas las aclaraciones, se impone establecer también que CONVOCATORIA como organización política, y cada uno de sus integrantes, debemos ser capaces de la suficiente rigurosidad en los principios expuestos en nuestros materiales y documentos, pero asimismo de muchísima flexibilidad para contener, conducir e integrar a compañeras y compañeros de las más diversas identidades, pensamientos e historias en los diferentes frentes de masas (territorial, sindical, estudiantil, antirrepresivo).-

La ausencia de muchos de los cuadros políticos formados en los años ´70, y luego el retroceso ideológico de los años ´80 y ´90, han permitido tremendos vacíos tanto de conciencia como de valores en nuestro Pueblo; eso implica poca información, escasos conocimientos, conciencias confusas y todo tipo de limitaciones individuales y colectivas.-

No es sencillo ser tolerantes con este panorama que se avecina, pero debemos serlo en aras de acercar compañeros y compañeras a un proyecto de Resistir luchando y organizando.-

Convencer con argumentos y no dejar de establecer que pertenecemos a una identidad política concreta que es CONVOCATORIA y por lo tanto que nos referenciamos en ésta y a su vez acompañamos las luchas de resistencia allí donde se den y con las características que correspondan.-

Otra necesidad que se impone en esta etapa organizativa es la iniciativa, individual y colectiva, mantener iniciativa permanente, agudizar el ingenio para producir mucho con poco.-

Si los recursos escasean esto no puede implicar que se frene o se para la lucha, porque si algo tiene de ventajoso la Resistencia es que se realiza con pocos recursos y mucha imaginación, apelando a nuevas formas que hasta los más veteranos en las luchas de la Argentina hoy quizás desconozcan. Con ello también estaríamos rompiendo con uno de los factores de disciplinamiento y cooptación que se ha impuesto con mayor fuerza en estos tiempos que responden a las premisas de que “la militancia no camina sin dinero”, y que “todo se compra y se vende”.-

Lo importante es que los hechos se produzcan, y si de los mismos surge un avance por insignificante que sea, este se tiene que traducir en saldo organizativo.

En realidad Resistir es lo que venimos haciendo desde CONVOCATORIA. Nacimos resistiendo como trabajadoras y trabajadores a la destrucción de nuestras herramientas sindicales de defensa. Avanzamos en la decisión de organizarnos políticamente, y seguimos resistiendo. Hoy decimos que nos proponemos para este año que comienza conformar un Frente de Resistencia Nacional para desplegar con nuestras alianzas políticas la mayor resistencia posible en los frentes donde tenemos desarrollo, aportar nuestro esfuerzo para impedir la consolidación del sistema capitalista, y garantizar el saldo organizativo necesario en la herramienta política que se propone la disputa del Poder para la Liberación Nacional, la conquista de una Patria Socialista para nuestro Pueblo, y la pelea por la segunda y definitiva Independencia de nuestro continente.

CONVOCATORIA POR LA LIBERACION NACIONAL Y SOCIAL

Buenos Aires, Argentina, diciembre del 2011

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