Como integrante del
Consejo Directivo Nacional de la Asociación Trabajadores del Estado agradezco
la invitación a participar de las ponencias en el II Foro por la paz de
Colombia. Integro también una organización
política: CONVOCATORIA-SEGUNDA INDEPENDENCIA; una organización que intenta, hace siete años
en mi país, poder volver a rearmar una estructura de formación de cuadros,
rescatando las mejores experiencia por la Liberación Nacional y Social;
experiencias tanto del Nacionalismo
popular revolucionario como del Marxismo-Leninismo. Rescatamos los principios de los
Movimientos de Liberación Nacional y del Sindicalismo de Liberación de mi país
y del continente; por ello nos definimos como anti-imperialistas, anti-capitalistas
y anti-colonialistas. Con dichas corrientes nos conectamos con toda la historia
de la resistencia, desde nuestros pueblos originarios hasta hoy. Es necesario
remarcar de dónde venimos para entender las responsabilidades que hoy debemos
asumir, y el rol protagónico al que estamos convocados las y los trabajadores
para la construcción y la conquista de la paz, no solo para COLOMBIA, sino para
toda nuestra Patria Grande.
Nuestras compañeras y
compañeros luchadores de la década del ´70 peleaban en otro contexto de
equilibrio de poder global. Aquella bipolaridad mundial donde podíamos optar
tanto por el capitalismo o el comunismo, y poder tener a la Unión Soviética como
faro para la construcción de la liberación social en nuestro continente;
hoy en día, después de la caída del muro,
no contamos más con ella. Este mundo de hoy, un mundo unipolar, con el avance de la tiranía de la supremacía
liberal del Supra Estado del Dinero (lo
neo lo entendemos como un aditivo tecnológico que irrumpió en
la modernidad para favorecer a la globalización del capital financiero; pero no
deja de ser ni más ni menos que las viejas consignas liberales y las formas de vidas liberales que unas
pocas familias de la oligarquía financiera internacional quieren imponer a los
pueblos del mundo), hemos quedado huérfanos de organizaciones internacionales
para fortalecer nuestras resistencias y herramientas sindicales. Los
trabajadores y trabajadoras de hoy (activistas,
representativos, comprometidos con la transformación a favor de nuestros
pueblos); vemos como un flagelo angustiante la falta de organización clasista y
socialista internacional, que contenga y proyecte mundialmente nuestros anhelos
de liberación nacional y social. Nuestros pueblos están combatiendo
directamente cara a cara contra el Supra Estado del Dinero, donde 9 familias, representan
solo el 1% que concentra las riquezas de
más de la mitad del planeta, se imponen y dominan las decisiones políticas de
los Estados-Nación, que en algunos pocos casos apenas logran contrarrestar los embates.
Pero son nuestros pueblos los que directamente están padeciendo y
resistiendo en esta pelea desigual, cara
a cara. En ese contexto, entonces, identificando a nuestros enemigos
principales como ese capitalismo
financiero parasitario, ya ni siquiera productivo, en su nivel más alto de desarrollo, que es el
Imperialismo; es que en nuestra región
imponen su colonización liberal sobre
nuestras estructuras políticas, sociales y sindicales. Esa colonización cultural y política de nuestras herramientas
de lucha, impide la superación y multiplicación de nuestras fuerzas en esta
nueva etapa. Nos imponen su forma de vida a través de nuestras propias
instituciones. Estamos en un contexto de dominación donde nos vemos, una vez
más, en el teatro de operaciones de la vieja guerra, pero con el desafío de nuevas
batallas que debemos librar.
Vuelve a tener una
importancia geopolítica, en el despliegue liberal, capitalista imperial,
proponiéndonos enfrentamientos, con metodologías de la guerra de cuarta generación
para nuestros territorios, otra vez la insularidad de nuestra
América del Sur. Los compañeros y compañeras de Centro América y el
Caribe nos pueden contar lo que
significa padecer ese avance territorial, de las fuerzas imperiales, sobre sus soberanías
para disponer a sus antojos de los
suelos, el agua, los minerales, las vidas humanas; para la infraestructura que
el comercio libre despliega, sin importarle absolutamente nada más que la
acumulación de riquezas y poder mundial.
Sigue vigente la disputa sobre el Pacifico, y necesitan nuestra insularidad de
conexión con el Atlántico, de nuestros recursos naturales y territorios como
bases militares. Se intensifica, en
nuestro continente, la disputa intercapitalista, entre el bloque de EEUU, UE e
Israel vs China y Rusia.
Aquí es donde, compañeras
y compañeros, nos urge COLOMBIA. Sabemos
todos, que el pueblo de COLOMBIA no sólo
ha resistido, sino que ha avanzado. Hoy las organizaciones políticas y sociales
en COLOMBIA han alcanzado un grado de masividad que refuerza sus objetivos
revolucionarios, junto con la solidaridad internacional. Colombia nos necesita
porque nosotros necesitamos a Colombia. Si Colombia no resiste y no alcanza a
afianzar y masificar sus principios de liberación y de paz con justicia social,
el enemigo avanzará en doblegar las fuerzas populares en Colombia para continuar
hacia el sur y profundizar la dominación de todo el continente. Del destino de
Colombia depende Venezuela, depende Ecuador, depende Boliva, depende el Pueblo
resistente paraguayo; depende toda la América Latina profunda y el Caribe. Por
eso no solo nos solidarizamos y asumimos la responsabilidad de militar la
solidaridad internacionalista, que todo revolucionario y revolucionaria, y toda
trabajadora y trabajador organizado,
debe practicar cotidianamente; sino que, a parte, debemos comprometernos en la
construcción y conquista de nuestras herramientas organizativas para ponerlas
al servicio de este desafío. No son horas (mas allá que muchos entendemos que
nunca lo es) de progresismos en los gobiernos nacionales. Son tiempos de
compromisos claros y diseños de estrategias populares de poder, no sectarias,
hacia proyectos políticos socialistas latinoamericanos, que enfrenten la
colonización liberal norteamericana y europea en nuestras tierras. Entendemos
que la única década ganada última en nuestro país, ha sido desde el ´95 hasta
el 2005. Una década en la que le dijimos BASTA al neoliberalismo y que hechamos
al ALCA de nuestras latitudes. Durante esos años el grado de participación,
lucha y organización popular y conciencia de clase, posibilitó que el Pueblo
irrumpiera, que sacara a patadas a los cómplices políticos de las elites
locales al servicio del capital externo. Pero a su vez hay que decir, que luego
hemos entrado en un franco y lento retroceso que nos encuentra hoy nuevamente
pagando la ilegal e ilegitima deuda externa, y nuevamente dependiendo de sus
dadivas; y siguen avanzando los Tratados bilaterales de Libre Comercio (como en
el caso de los TISA, trataos de libre comercio de Servicios). Nuevamente vemos
entregándonos a la Patria Contratista en los acuerdos mineros, petroleros,
pesqueros, en el patentamiento de nuestras semillas, en la perdida de agua
dulce potable y en la expulsión y precarización de las familias rurales por la
expansión del modelo sojero. Sigue nuestra gente hacinándose en la periferia de
las grandes ciudades buscando trabajo, y no hay ninguna industria nacional que
pueda brindar la seguridad y tranquilidad social de un proyecto de inclusión y
paz tan soñado y deseado. Tenemos bien en claro que no podremos remontar este
retroceso sino es con la unidad latinoamericana de nuestros pueblos; por ello insistimos
en centrar todos los esfuerzos en Colombia, y entender que Colombia necesita la paz porque nuestro continente
necesita la Liberación.
Hoy el II Foro por la
paz en Colombia nos interpela en este sentido, y nos convoca unificar las
propuestas para avanzar y reparar los
errores de ayer; o bien unificar fuerzas para alcanzar los objetivos de hoy.
Para ello debemos involucrar a todo el activismo sindical, a la mayor cantidad
de agrupaciones sindicales, de trabajadoras y trabajadores organizados en el
continente, para poder recuperar la
iniciativa y levantar una organización sindical latinoamericana con el objetivo
de la formación y visibilización de las mejores experiencias de lucha y
resistencia regional. Una Coordinación Sindical Latinoamericana que tenga
autonomía de las centrales sindicales colonizadas y dirigidas por el enemigo.
Esta propuesta no es nueva, y tiene historia en los anhelos del Sindicalismo de
Liberación en nuestro continente.
Por ello, este llamamiento
a construir esa herramienta Latinoamericana Sindical para la construcción y
conquista por la paz en Colombia, con fuerte protagonismo de la mujer
trabajadora, y la mayor unidad posible para alcanzar la Justicia Social y
Popular en el continente.
Ponencia de la compañera Carina
Maloberti, del Consejo Directivo Nacional de la Asociación Trabajadores del
Estado, y miembro de la Mesa Ejecutiva de Convocatoria-Segunda Independencia
MONTEVIDEO- URUGUAY - 7 DE JUNIO 2015

